5 pasos para crear desayunos para niños

Los desayunos para niños constituyen sin duda un tema de conversación frecuente entre las madres que buscan opciones saludables, sanas y rápidas de alimentación. Hemos crecido escuchando la frase “el desayuno es la comida más importante del día”. Aparte sabemos que de la casa no podemos salir, sin siquiera haber consumido algún alimento. 

Algo, por muy simple que sea, debe parar al estómago antes de emprender las actividades diarias. Sin embargo, eso no puede ser aplicable en los más pequeños de la casa. Imagina, tu hijo se levanta y luego debe ir raudo y veloz a la escuela. Allí va a estar sometido a largas jornadas de estudio, y eso sin incluir la práctica de deportes o alguna actividad extra. ¿Crees que un zumo o un vaso de leche son suficientes?.

1. Los desayunos para niños deben ser nutritivos

¿Cereal con leche y frutas? Es el alimento clásico por excelencia. Es muy práctico, ya que en su preparación solo se invierten pocos minutos. Además es muy rico en el paladar, sobre todo si las hojuelas son azucaradas, de chocolate o con sabor a frutas artificiales. Constituye un alimento irresistible para los niños, pero ¿qué pensarías si te digo, que no es del todo saludable?

Si bien resulta saciante por unos minutos, puede contener excesivos azúcares y carbohidratos. Pero esto no es lo peor debido a que su aporte nutritivo es escaso. Por lo tanto, no cumple con las exigencias mínimas recomendadas para su edad. ¿Aún piensas que es el desayuno adecuado para tu hijo?

El cuerpo tras un periodo de descanso y un ayuno involuntario requiere de nutrientes que le ayuden a activarse. El desayuno para niños, es sin duda, un elemento vital, conjuntamente con una alimentación adecuada a lo largo del día. Esto es lo que garantiza un desarrollo físico óptimo. 

2. Lo que debe contener un desayuno para niños

  • Hidratos de carbono: de 50 % a 60 % de la ración total. ¿Por qué son tan importantes? Ellos brindan la energía necesaria y además son de fácil asimilación. Están constituidos por cereales como avenas en copos, maíz, pan, galletas, etc.
  • Grasas: deberían ocupar de un 20 % a un 30 %. En este grupo encontramos los aceites vegetales, la mantequilla (no margarina) incluida la de maní o de otros frutos secos.
  • Proteína: si bien hay proteínas vegetales, las animales proporcionan mayor valor y son las más adecuadas para favorecer el desarrollo de los niños. En este grupo se incluye la leche, el yogur, las carnes rojas y blancas (pero no los embutidos) y los huevos. Representan entre un 10 % y un 15 % del plato.
  • Las frutas también son un elemento importante. Lo ideal es ofrecerlas en trozos y no en jugos con azúcar. 

3. Usa colores y formas en los desayunos para niños

Un plato bien presentado sin duda genera interés. La vista nos impulsa a comer o a desechar un platillo. En el caso de los niños, esto se hace más evidente, ya que ellos permanentemente necesitan estimulación y están en plena fase de descubrimiento del entorno. Entonces, para capturar su interés lo mejor es ofrecer los alimentos de forma tal que llamen su atención y les provoque obviamente comer.

Lo primero a tomar en cuenta es la cantidad de alimento en el plato. Los desayunos para niños no deben ser excesivos. Eso sí debes tomar en cuenta su edad, ya que a medida que van creciendo debes ir ajustando las porciones, pero siempre trata de que en el plato haya suficiente espacio libre. ¡No es que coloques migajas!

Míralo de esta forma: un montón de comida de forma desordenada, nunca generará sensaciones agradables. Así que emplea platos grandes donde puedas colocar partes de alimentos. Juega con los colores y las formas geométricas. Aunque no lo creas, no se requiere tanta pericia ni tiempo. Puedes emplear frutas coloridas o verduras en trozos para dar un toque diferente.

Un platillo común y corriente como las panquecas puede transformarse en un elemento atractivo. Crea una sonrisa con fresas y coloca un par de arándanos como ojos y ¡voila! Una cara sonriente. También puedes picar trozos de frutas y conviértelos en animales. Es importante que se conviertan en experiencias placenteras. Ten la seguridad que a medida que crezca seguirá valorando estos detalles. 

4. Hazlo práctico y fácil de comer

¿Careces de tiempo? No eres la única. Las madres llevan un ritmo de vida acelerado, ya que cumplir con todas las obligaciones y llevar al pie de la letra la agenda de actividades resulta de por sí complicado. Además si a eso le sumas el encargarte de la elaboración de los alimentos de la familia, puede resultar extenuante.

Sin embargo, hay recetas que puedes elaborar con antelación en las noches. Inclusive puedes convertirlo en una actividad recreativa para que los más pequeños participen. Considera preparar unos bollitos horneados, panes o galletas saludables. Incluso cremas untables como el hummus que puedes refrigerar y que son un excelente acompañamiento.

Lo más sencillo a veces resulta lo más enriquecedor y eso es aplicable hasta en la comida. No trates de disfrazar los sabores. Sabemos que a veces el paladar de los niños puede resultar algo “exigente” pero no dudes en siempre incluir verduras o cereales nuevos. Es necesario que aprenda a distinguir sabores, ya que de esta forma vas desarrollando su paladar. 

5. Crear platillos nutritivos en tiempo récord

La clave está en la organización del tiempo. El domingo por ejemplo puedes planificar los desayunos, tratando de variar los ingredientes. De esta forma el niño no se aburre de comer siempre lo mismo y puedes proporcionar distintos tipos de alimentos incluyendo verduras. Lo importante es que se las presente de forma visualmente original y divertida.

De seguro es muy estresante el estar pensando a diario ¿qué preparar? Y ¿cómo hacerlo?. Con la planificación semanal, es una preocupación menos. Incluso con tus compras de la semana puedes crear recetas nuevas. Recuerda, el desayuno es más simple de lo que piensas. Solo debes tener en cuenta que debes incluir un elemento de cada grupo alimenticio.

Un vaso de yogur en las mañanas con un poco de frutos secos, trozos de fruta y una galleta con mantequilla pueden ser una opción rápida, sana y con un tiempo de preparación corto. Por último toma en cuenta siempre la opinión del comensal, es decir tu hijo. Aunque sus críticas pueden no ser tan objetivas, es tu mejor cliente.

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